José Ramón Sierra

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DISEÑO DE LA FRONTERA 2

(Palos de la Frontera, Morón de la Frontera, Vejer de la Frontera, Jerez de la Frontera, Conil de la Frontera, Jimena de la Frontera, Castellar de la Frontera... Andalucía, que hoy, en los inicios del siglo XXI ha alcanzado, por fin, su sueño eterno de ser más frontera que nunca.)

Aviso y pretensiones

El destino, en forma de director general, ha querido que personas directamente ajenas al exclusivo universo del industrial design y próximas a la arquitectura y a su enseñanza, se encargaran de la concepción, investigación y diseño del trabajo que ahora presentamos y de sus correspondientes exposiciones al público, todo ello dentro de la Feria del Diseño organizada por la Junta de Andalucía y celebrada durante 1999 y 2000. Lo cual advierto y aviso, como coordinador de dicho equipo, para espanto de aquellos que busquen aquí imparcialidad, historia del pasado o científica estadística del presente, o de aquellos otros inocentes que crean que estas son las ineludibles condiciones de un inventario. Por el contrario, en éste, como debe ser aunque no fuésemos nosotros quienes lo hicieran, debería encontrarse, más que nada, invención, imaginación y fantasía, circunstancias todas ellas agravantes, como se ve, para una visión grave de la profunda realidad. Visión y, por tanto, versión. Versión creadora, querríamos nosotros, que no existía hasta ahora y desde ahora estará ya formando parte de la realidad, una realidad ampliada y esperemos que algo más rica, aunque solo fuese por reconocérsele mayor complejidad. Una visión en la que se perciban elementos antes ocultos o en penumbra que pertenecen a una veta viva de su cultura. Visión parcial, interesada, comprometida. Sobre todo, empeñada en unas pocas pero claras intenciones: (a) ser una aproximación sólida, que dure, que tenga un largo alcance en el tiempo;
(b) que sea inclusiva, no exclusivista ni restringida, aún pecando, para algunos, de permisiva o de no muy exigente; y, para otros, de desenfocada, interesada, gremialista, corporativista;
(c) que por encima de su inevitable subjetividad ofrezca un alto nivel de documentación; que sea útil;
(d) que asuma con seriedad y resignación cristiana las limitaciones y riesgos de ser la primera y la aspiración de no ser la última y de servir como comprometido cimiento incluso para ser negada, dudada o contradicha.
Pero, sobre todo, con la intención de ser un instrumento útil en el largo y difícil

trabajo de cambiar dicha realidad, mejorándola, la esquiva realidad andaluza.

La fortuna de haber contado con un equipo de investigadores inteligentes y capaces, dispuestos a la aventura asumiendo las dudosas consecuencias de opinar sobre propios y extraños, algunos de ellos amigos hasta hoy, me libera definitivamente de comenzar confesando la desgracia de mis limitaciones, los excesos de mis querencias y los riesgos de mis manías: nos hemos acercado peligrosamente a la falacia del trabajo en equipo y así debiera ser entendido, superando y compartiendo las competencias geográficas o cronológicas establecidas y utilizadas como puntos de partida. Cuando algún pulso flaqueaba, sobre todo el mío, los demás han sabido empujar, tirar, conducir, contener o parar. Su paciencia investigando y rehaciendo fichas y fichas solo tiene parangón con la agudeza y la discreción de sus juicios sobre cada pieza, cada biografía, cada obra. Por lo demás, todos hemos sido parecidamente escépticos asumiendo con curiosidad y distanciamiento el papel de rastreadores no académicos, mitad familia y mitad intrusos en vagos territorios de límites imprecisos. Porque el diseño es, para nosotros, algo que corresponde por derecho al dominio propio de la arquitectura, de esa disciplina que justamente trata, para los que somos morrisianos, sobre la transformación mejoradora del medio ambiente. El diseño es arquitectura y la arquitectura es diseño, aunque ni todos los diseñadores son ni parecen arquitectos ni todos los arquitectos se aparecen como diseñadores. También reconocemos en el diseño a uno de los más devastadores peligros en la reciente y próxima arquitectura. Verdaderamente, ni siquiera los miembros de este equipo teníamos una idea clara, única y excluyente sobre lo que deberíamos entender como sustancia y fundamento de este trabajo.

Diseño y diseño

1 Hemos entendido al diseño (más o menos industrial) como una disciplina y una actividad que tienen que ver esencialmente con la calidad de vida, suministrando ideas y conformaciones a los elementos de la cotidianeidad (vestido, mobiliario, instrumentos, electrodomésticos, componentes industriales, lugares habitables, etc.) de manera que se adapten mejor a la satisfacción de las necesidades humanas. Mejor significa aquí: más eficaces, más económicos, más duraderos, más bellos o atractivos. Necesidades humanas se refiere a que puede haber, y de hecho hay, otras necesidades

que no lo son tanto: la moda y el comercio a menudo imponen sus propias exigencias, creando ficciones de necesidad y espejismos de urgencias, lejanas o ajenas por completo a la paulatina mejora de las condiciones de vida de la gente. El diseño de temporada y diseñar para vender más no tienen nada que ver con la mejora del medio ambiente ni con la mejora de su uso. El diseño al servicio del dinero frecuentemente tiene éxito yendo en contra de las necesidades y los derechos de las personas. Engañar, confundir y ocultar son a menudo exigencias de mercado y su diseño correspondiente es un arma insustituible para su cumplimiento: el diseño como crimen social. Pero engañar, confundir y ocultar a través de un uso desaforado y convulsivo del diseño arquitectónico, pueden ser también, como se hace evidente repasando los últimos años de gran parte de la arquitectura española conocida, ingredientes de una supuesta práctica artística de la misma, quizá originada en la exageración y el descarrilamiento de la somera y quizá dudosa idea scarpiana de que los detalles son camino obligado y seguro para resolver la totalidad. El sueño de la humildad también produce monstruos de soberbia figurativa e inútil banalidad: el diseño como repugnante y sofisticada artesanía prepotente y reinante por doquier, vehículo de horrores, máscara de falsa modernidad y camuflaje de incapacidades. En la casa del verdadero artista no hay diseño, etc.

Por lo demás, todo es diseño. Todo tiene una forma, un color y un contenido, unas dimensiones y un parecido, la ilusión de llegar a ser algo, una fuerza o una debilidad para resistir, para perdurar, la presunción de imponerse y mandar o la pretensión de pasar casi desapercibido pero quizá atento y dispuesto, la fantasía de llegar verdaderamente a ser inolvidable. El diseño trata sobre la mezcla adecuada de todo esto en el baño, en la cafetera, en la cafetería, en la vida de cada cual y en la vida política. Todo es diseño, incluidas las drogas y los planes de pensiones.

2 El diseño nunca surge de la nada ni se desarrolla en la nada, y la moda del diseño es la nada de moda, sino que está ligado a la propia vida productiva de la sociedad correspondiente, generalmente según dos vías de enganche a las formas sociales de producción. En la primera, de abajo hacia arriba, aparece y evoluciona como respuesta a problemas específicos, que al principio suelen ser de índole comunicativa y comercial, de sociedades y grupos sociales industrialmente activos y evolucionados, para después extenderse e impregnar la vida social en su totalidad.

Es usual que primero exista un cierto nivel de desarrollo y algún tipo de estructura productiva que no podrá completarse sin la colaboración del diseño; más tarde, el diseño podrá convertirse en una idea autónoma, asumida por la sociedad como factor y signo de su propia transformación. En la segunda, de arriba hacia abajo, esa o parecida autonomía ideológica se conforma y asume como un componente más de la cultura de la cotidianeidad, valorándose sobre todo su capacidad de elaborar visiones e hipótesis de conocimiento y presión sobre la realidad, frecuentemente desde los mismos lugares, otras veces desde lugares cercanos, desde donde se construyen las miradas artísticas y donde se fabrican los objetos del arte. Ensimismamiento, dis o afuncionalidad, arbitrariedad, aparente atemporalidad e incluso melancolía, no son aquí rémoras ni defectos, sino más bien condiciones imprescindibles de eficacia. Difícilmente surgen productos puros de una sola vía y las mezclas entre ambas ofrecen infinitas proporciones. La ausencia o escasez de la primera produce productos raros, entre paréntesis, aparentemente ajenos a los requerimientos del consumo y a las demandas del consumidor, solo en apariencia debidos tan solo a las necesidades de su autor.

3 El diseño es un producto en sí mismo y sirve, a su vez, para producir otras cosas, las cosas diseñadas. En ambos casos puede exportarse e importarse y la importación en el segundo de ellos forma parte esencial de la globalización comercial y la colonización cultural a través del consumo. Andalucía no produce, o produce poco o así se dice (tradicional o quizá ligeramente) de ella, pero consume y consume cada día más. Un diseño discreto y suave parece imprescindible en cualquier superación de la utopía doméstica de Tarzán: una bombilla, un abrigo, un avión o una patera para escapar de la selva. Poco más ya produce horrores y poco menos ha causado desastres costeros (la costa de la luz, la costa del sol, la costa blanca), y desastres interiores (no solo la ropa más interior, la que verdaderamente sostiene los colgajos corporales obstáculos a la vieja y la moderna movilidad; también los liftings, piercings, tatuajes, injertos, implantes, rehechuras, etc.) no estrictamente andaluces pero relacionados: hay más Frankensteins tomando el sol. La relación original entre diseño y calidad de vida termina haciéndose borrosa, cuando no abiertamente conflictiva. Y no todo el mundo vive bien en Andalucía, ni en la costa ni en el interior. ¿Puede vivirse bien sin diseño, pero con diseño se vive mejor, o se consume más inútilmente?.

La vida, cualquier clase de vida, exige elementos especializados, cualificados, limpios, eficaces, que no duren mucho, que tengan que ser sustituidos una y otra vez, de corta vejez o nula para desaparecer sin dejar rastro ni ruina ni ruido ni recuerdo. Los objetos ya no son lo que eran porque ya, casi siempre, no nos pertenecen.

Diseño y producción, diseño y patrimonio. Conservación y tutela. Como si fuésemos ricos. Más horrores por venir o tal vez resistencia a perder los hábitos legendarios, a cambiar, quizá a morir: ?Así como vemos la luz de las estrellas cuando ya se apagaron, así también tendemos a descubrir la belleza de las imágenes religiosas cuando hemos dejado de creer en ellas, y a reconocer el valor formal de los objetos o útiles cuando hemos dejado de emplearlos? (1). O lo contrario: la fascinación antes que nada, y después el hastío, el desinterés, el abandono. Tirar en verano la primavera.

4 Diseño y educación; elección y aprendizaje. Productos y comportamientos. El diseño entre vivir mejor y vivir (Ornamentos y Delitos). Entre ser buenos y ser malos (Crímenes y Castigos). Andalucía, tierra de pocas cosas y muchos estereotipos, imaginaciones y fantasías. La pasión, la fuerza, la (s) hermandad (es), la sensualidad, la sensibilidad rebosante y la chispa; la alegría del malvivir. La simpatía. Hervores de sangre y sueños de grandeza consumidos repentinamente en la pálida hoguera de cada noche, en el sopor de cada siesta. Pocas cosas: la pobreza concreta (de los pobres) y la pobreza genérica y general (de todos). Diseño en Andalucía y comportamientos andaluces: ser invadidos, colonizados y expulsados. Estar cerrados y ensimismados, complacidos en la leyenda de lo banal o estar abiertos, indefensos, bobaliconamente embelesados ante las culturas de los dueños sucesivos.

Diseño y colonización. Invasión y dominio de los espíritus del norte, del puritanismo de la función, de las formas menos contaminadas, más dóciles y domeñadas. La abstracción, la asepsia y la transparencia figurativas del Movimiento Moderno, canon universal y misionero, camino de salvación, ruega por nosotros.

Centros y periferias. La autonomía del diseño no es sino el mero reflejo de otras autonomías en el interior de los procesos de producción, dentro de la planificada economía casi global del imperio: se planifica quién produce, quién compra, quién

no podrá comprar. Quién diseña. Por eso antiguamente los centros de producción del diseño aparecían cerca de los centros industriales de producción. Ahora, las decisiones pueden tomarse sobre un yate o un jet en ninguna parte, diseñarse en los mundos segundos de la creatividad, el folklore y la imaginación y producirse en los terceros de las manos baratas, de los cuerpos-ganga. Autonomía significa también independencia disciplinar, casi en un paralelo tardío con las independencias gremiales de otros oficios para dar origen a su tratamiento académico: cursos, magisterios, licenciaturas de diseño. Y también autonomía objetual de lo diseñado, en paralelo y consecuencia de la expansión conceptual de las prácticas artísticas: exposiciones, colecciones y museos de diseño.

Otros límites y fronteras

El diseño (industrial) en Andalucía parece que todavía no limita con ningún diseño industrial andaluz, como la reciente exposición en el MNCARS se encargaba de resaltar, más todavía si cabe por la presencia fantasmal en ella de un comisario para Andalucía.

Otros límites y fronteras

El diseño (industrial) en Andalucía parece que todavía no limita con ningún diseño industrial andaluz, como la reciente exposición en el MNCARS se encargaba de resaltar, más todavía si cabe por la presencia fantasmal en ella de un comisario para Andalucía.

Sí limita al este con los regionalismos (el gaditano, el sanluqueño, el sevillano, el granadino, el antequerano, el linarense, etc., etc.);

Limita al sur con las tradiciones y rumores de la tierra, principalmente relacionadas con las fiestas, convertidas casi en reductos numantinos frente al agresor, con los toros y las semanas santas, aunque también comprenden otros acervos milenarios devenidos, en general, de las fiestas paganas relacionadas con las cosechas y la

renovación de la vida (peregrinaciones, romerías y matanzas, adoraciones nocturnas, celebraciones del cuerpo divino con espigas, juncos y romero, carnavales, comidas y bebidas comunales, cruces de mayo y ferias de abril, etc.). A excepción de las manifestaciones más espirituales a ellas ligadas, como el cante y el baile, todas las demás generalmente demandan un preciso universo objetual que alcanza justamente ahora, en la segunda mitad del siglo veinte que termina, sus momentos de máxima gloria y esplendor, cuando no sean, como son muchos de ellos, recientes inventos o formales codificaciones de difusas y variadas antigüedades. Objetos especializados, preciosos y precisos como instrumentales quirúrgicos, como ajuares para ritos: flautas de caña y tamboriles, palillos y zambombas, guayaberas, bateas y

chirigotas, panderetas y toriles, chiqueros, banderillas y capotes de faena y de paseo, peinetas, mantillas, abanicos, candeleros, canastillas y pasos de palio, bambalinas, varales y respiraderos, zahones y trajes de corto, carretelas y azulejos, cruces de guía, ciriales, estoques de matar y simulacros madereros de poco peso, muletas y taleguillas, sombreros de ala ancha, búcaros y catavinos, cántaros, muebles a lo Thonet y muebles remordimiento, muebles a los Quintero, tronos y parihuelas, tablaos y casetas, trajes de gitana y faldas rocieras, dolorosas, crucificados y nazarenos con la cruz a cuesta, blancas palomas y vírgenes negras, faroles y farolillos, maceteros y macetas, simpecados y flores de cera, capirotes, antifaces y monteras, la inmaculada concepción y la divina pastora... Límites y fronteras. Barrancos y precipicios. O raíces e identidades. "Nada nos cuesta más, sin embargo, que este sencillo gesto de recogernos el pelo en el arte y soltárnoslo en la industria; esta operación de investigar nuestra sensibilidad, de explotar nuestra tradición, comercializar nuestra experiencia y manufacturar una imagen que dé un valor añadido a nuestros productos. Pero esto es precisamente -el propio Freud lo describió así- el mecanismo psicológico de la creación o invención formal. En efecto: una forma o expresión sólo alcanza un interés estético cuando es capaz de transmitir a los demás la experiencia peculiar e improbable que ha vivido su creador. Crear no es, pues, sino la capacidad de contarse : de constituir un cuento, un mito o una saga, de sí mismo. De ahí que, a la hora de hacerlo, cada país no pueda sino partir de su peculiar genio y experiencia." (2)

Y, desde luego, también lindamos, al norte y al contrario, con la cambiante cultura figurativa de la contemporaneidad, con las oleadas sucesivas de imágenes artísticas universales, mobiliares e industriales, como puede verse en las referencias cronológicas aquí incluidas: cordones umbilicales, cuerdas de ciegos.

Finalmente, entre otros límites significativos deben señalarse aquellos que difusamente separan al (diseño) de los trabajos frecuentemente implícitos (generalmente más implícitos mientras más interesante es la arquitectura) en los proyectos de arquitectura o interiorismo. En el esfuerzo por establecer un criterio claro al respecto hemos sido conscientes de su dificultad, desechándose el que pudiera suministrar la idea de móvil, mobiliar o movimiento. Las connotaciones, en solitario, ofrecidas por la idea de mueble , fuera de su cadena etimológica, si parecen suministrar pistas más fiables.

Preocupaciones

La reciente convocatoria de La feria del diseño , Sevilla 1999 - 2000, parece reflejar la conciencia renovada por parte de la administración autonómica de la llamativa situación real a este respecto en Andalucía, hasta el punto de ser considerada tal situación como inconveniente o lastre para su desarrollo, a la par de empezar a ser entendidos los complejos factores que la determinan: su relación con la industria y la agricultura, con el turismo, con la cultura, con la información y la comunicación, con la educación y la enseñanza, etc. En estos momentos de razonable esperanza, es imprescindible, sin embargo, y para evitar que se repitan, repasar lo ocurrido en anteriores intentos, ya que no es la primera vez que desde la Junta de Andalucía se trata de comenzar a cambiar esta realidad, asesorando y empujando a una conservadora y despistada iniciativa privada. Las actuaciones referidas a las industrias almerienses del mármol y onubenses del mobiliario serían momentos significativos de una prehistoria compuesta de algunas pocas, descoordinadas, poco consistentes e inoperantes iniciativas públicas.

No es menos evidente la importancia que en la ruptura de esa tozuda realidad tiene la reiterada inexistencia, en el ámbito andaluz, de algún tipo de tratamiento educativo serio que bien desde estamentos oficiales o privados asuma la imprescindible tarea de formar en los principios conceptuales y la capacitación técnica que posibiliten

desarrollos personales posteriores y diversos. Es esa instancia desde donde seguramente podrían establecerse conexiones más duraderas y eficaces con los tejidos industriales adecuados y suministrar personal cualificado para exportar, conectando con realidades productivas exteriores, y constituyéndose, desde fuera, en factor relativamente autónomo de transformación y cambio social. En este sentido no debería olvidarse el papel similar, importantísimo, jugado por las escuelas de arquitectura locales sobre panoramas productivos de parecida inercia cultural.

Este trabajo que ahora presentamos pretende ser una aproximación a una realidad que nosotros entendemos como prehistoria. Una prehistoria que contiene, sobre todo, un número de experiencias significativas aunque casi ocultas, como suele suceder en Andalucía, por su poca o nula repercusión y consideración públicas, producidas frecuentemente en el territorio disperso de disciplinas afines. Desde las relacionadas con la arquitectura, en el interior de muchos proyectos de los más interesantes arquitectos andaluces, atentos a la importancia del buen diseño en la determinación funcional de la misma, hasta las ya ricas relaciones entre diseño y artes plásticas, que en la obra de algunos artistas andaluces han alcanzado a veces el nivel conceptual de experimentación ineludible para iluminar las conexiones más profundas entre la realidad y su apariencia, descubriendo caminos de transformación. Una prehistoria que contiene, también, experiencias dirigidas a establecer lazos convencionales con el diseño y la producción industrial, muchas veces sobre frágiles, cuando no románticas, estructuras artesanales de fabricación, en frustrante intento de resolver carencias e inventar alternativas a la triste realidad. Unas veces, muy pocas, han alcanzado en plenitud el final del camino; otras, llegaron a convertirse en discretas ediciones limitadas, casi de coleccionistas; otras en fin, fijaron su frustrado destino como prototipos en una incierta espera.

Y vendrán los puristas, los integristas y algunos carroñeros, siempre al acecho, y dirán: <No nos engañarán, no nos engañemos, donde no hay verdadero diseño industrial no puede haber diseñadores verdaderos>. ¡Qué razón!. Una vez más, una vez más, no sabemos quienes somos, ni qué hacemos, ni cómo nos llamamos, ni de dónde venimos ni a dónde vamos. Quizá seamos aprendices, como mucho, o tal vez simples aficionados, intrusos, ambiciosos e insaciables y creídos arquitectos, que se creen dioses, artistas erráticos y equivocados..., qué más da. Ojalá que esta ya larga y

amarga, aunque sabrosa, prehistoria repleta de forajidos de paso, dé paso por fin a una historia verdadera. Y, ojalá, digo yo, que esa futura historia no olvide cuanto de aventura y aventurero juego encierran muchas de las piezas aquí presentes, o la frescura de las más parecidas a inocentes trastos infantiles, o la ingenuidad de los más tecnológicos inventos caseros, para no convertirse en una decepcionante versión más de las experiencias convencionales a las que la práctica del diseño nos tiene ya acostumbrados, repletas de profesionalismos y de técnicos, tan pendientes de las suculentas relaciones entre diseño y dinero. No sabemos si los tiempos heroicos del diseño han pasado definitivamente, aunque casi todo parezca así indicarlo, ni sabemos qué sentido tendrá por fin el supuesto posdiseño también pasado o todavía venidero. Anticapitalismo contra propiedad industrial, artistas saboteadores contra técnicos proyectistas, inspiración contra método, escuela contra mercado, ya no son lo que eran (3). Por otra parte, los muebles que parecieron al principio los más funcionales ahora sabemos que no lo son tanto, su pretendida simplicidad

constructiva sigue exigiendo técnicas cada vez más sofisticadas y su aspiración a alcanzar los costes más bajos para hacerlos asequibles a todos, ha culminado con los precios más altos del comercio mobiliar, antiguo y moderno (4). Por fin, la precaria frontera, tan denostada entonces, aparece ahora casi como la tierra prometida: "La frontera se presenta como el espacio idóneo para rehuir el vicio de trabajar en torno de una sola idea... El rechazo de todo provincianismo cultural y la aceptación de la diversidad permiten que, ahora más que nunca, podamos considerar las fronteras como la metáfora y el espacio más adecuados para la actuación y redefinición del diseño. Lejos quedan las viejas actitudes dogmáticas sobre el concepto de diseño que habían convertido en rutina el proceso de trabajo, apelando al inexcusable circuito de producción y consumo. El tránsito de un lugar a otro de ese paso fronterizo imaginario, genera una gratificante fatiga para aquellos que no necesitan ni aceptan el estado de reposo.? (5) "Y ante tantos excesos, no faltaron a su cita los cruzados de la contrarreforma que detectaron en el diseño los peores vicios del señoritismo español? (6) Llegar tan tarde, tan tarde, si alguna vez llegamos, tiene sin duda otros serios riesgos y quizá alguna que otra ventaja, aprendiendo de todos los desastres (ajenos, por supuesto).

(1) Rubert de Ventós, X. "España - una historia de cosas? en AA.VV. El diseño en España. Antecedentes históricos y realidad actual . Ministerio de Industria y Energía / ADGFAD / ADIFAD / ADP / BCD. Europalia 85, 1985.

(2) Ibídem.

(3) Corredor-Matheos, J. "El diseño en España / Introducción? en AA.VV. El diseño en España. Antecedentes históricos y realidad actual . Ministerio de Industria y Energía / ADGFAD / ADIFAD / ADP / BCD. Europalia 85, 1985.

(4) Giralt-Miracle, D. et allii, "El diseño, reflejo de un país? en AA.VV. Diseño industrial en España , Cat., Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, Madrid 1998.

(5) Martínez Clará, J. "Diseño experimental? en AA.VV. El diseño en España. Antecedentes históricos y realidad actual . Ministerio de Industria y Energía / ADGFAD / ADIFAD / ADP / BCD. Europalia 85, 1985.

(6) Llàtzer Moix "<El Boom.> Los años ochenta? en AA.VV. Diseño industrial en España , Cat., Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, Madrid 1998.

1999  SIERRA DELGADO, José Ramón. ?DISEÑO DE LA FRONTERA?.
En AA.VV.; Diseño (industrial) en Andalucía. Piezas de autor. 1920-1999.
Junta de Andalucía y Caja de Arquitectos. pp. -.